¿Alguna vez has mirado dentro de tu calzado?
Andar, algo tan básico que hacemos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Ponemos un pie en el suelo y empezamos el día, damos comienzo a una maravilla de la anatomía biomecánica. Andamos para relacionarnos, para buscar comida, como disfrute… Incluso practicamos deportes como correr en asfalto o en montaña para liberarnos del día a día y, por qué no, disfrutar de todo tipo de eventos deportivos con amigos y familiares.
El valor de cada paso
Desde la Sociedad Española de Cardiología nos argumentan que solo con 2.600-2.800 pasos al día obtenemos una mejoría en parámetros de salud en relación con la disminución de mortalidad. Nos planteamos objetivos de hasta 10.000 pasos al día desde que tenemos el «Big Data» a nuestro alrededor.
Un vistazo en profundidad
Cada vez prestamos más atención a nuestra salud, a nuestra pisada, al tipo de calzado que usamos, a la deformación de la suela, pero alguna vez, ¿has metido la mano dentro de la zapatilla y has sacado la plantilla que lleva dentro? Otra pregunta, ¿has observado el desgaste que provocamos con nuestros pies?
Lo que nos puede estar indicando
Pues ese simple gesto nos puede indicar que podemos tener una alteración de la marcha o de la carrera y provocar:
- Molestias en el pie (fasciopatías, metatarsalgías)
- Problemas en rodillas (tendinopatías rotulianas, de pata de ganso, cintilla iliotibial)
- Afectaciones en caderas (trocanteritis, síndrome del piramidal)
- Incluso dolor de espalda
Por lo tanto, y como consejo profesional: la próxima vez que te calces tus zapatos o zapatillas deportivas, dedica un momento a observar estas señales en las plantillas. Tu cuerpo te habla a través de ellas, y prestarles atención puede ser la diferencia entre disfrutar plenamente de tus actividades diarias y deportivas o enfrentarte a molestias innecesarias, o mucho peor: las tan temidas lesiones.

Daniel Bleda
Fisioterapeuta y Podólogo