La mayoría de las mujeres embarazadas necesitan incrementar las proteínas que consumen, ciertas vitaminas como el ácido fólico y minerales como el hierro, y comer algunas calorías extra para tener más energía.
Si las náuseas, el rechazo a ciertos alimentos, la acidez o la indigestión anulan las ganas de comer, intenta hacer de cinco a seis comidas ligeras, en vez de tres grandes. Es imprescindible no saltarse ninguna toma, incluso si no tienes hambre, porque el bebé necesita recibir alimento de forma regular.
AUMENTO DE PESO
En general y de forma gradual, se debe aumentar entre 11 y 16 kg, si se comienza el embarazo con el peso recomendado. Si el peso está por debajo del normal, puedes aumentar un poquito más, entre 13 y 18 kg. Y si existe sobrepeso al comienzo del embarazo, entre 7 y 11 kg.
QUE ALIMENTOS EVITAR
Hay ciertas bacterias que crecen con facilidad en alimentos no cocinados. Estas bacterias pueden causar una enfermedad llamada listeriosis, que es peligrosa para el bebé. Por ejemplo, el marisco (como las ostras y el sushi no cocinado), la leche que no esté pasteurizada o los quesos blandos, como el queso fresco, el brie o el camembert, pueden contener estas bacterias que pueden afectar a tu bebé.
También hay que tener precaución con los embutidos, así como con chorizos, perritos calientes (hot dogs), jamón serrano y con las carnes crudas o poco hechas y el paté. Por otro lado, cuando prepares verduras, es muy recomendable que los laves bien.
LIMITAR LA CAFEÍNA
La cafeína es también algo con lo que hay que ser prudente. Si te gusta mucho el café, intenta tomar sólo un par de tazas al día, y asegúrate de que no esté muy cargado, o de que sea descafeinado. Algunos estudios sugieren que las mujeres que consumen más de 200 miligramos de cafeína al día (3 cafés instantáneos) tienen más probabilidad de tener un aborto que una mujer que no consume cafeína. Recuerda que la cafeína no está sólo en el café. También está en el té, bebidas azucaradas, energéticas o el chocolate.
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