"Vivimos en una cultura privada de movimientos". Ese hecho, nos predispone a los músculos rígidos y acortados que interrumpen la alineación de las 24 vértebras en nuestra columna vertebral, ejerciendo presión sobre los nervios y, eventualmente, causando dolor.
Un ejemplo: si te sientas todo el día en el trabajo, los músculos isquiotibiales en la parte posterior de los muslos se acortan. Si no compensas estirando, tiran de la pelvis cuando te pones de pie, estresando la columna vertebral. Un hábito que puedes poner en marcha para sentir como tu cuerpo se estira puede ser este: Levántate y, con las piernas rectas separadas al ancho de los hombros, inclínate hacia delante desde las caderas. Sencillo y muy eficaz.
Otros consejos que podemos ofrecerte para que tu espalda tenga una correcta higiene postural, son estos:
Bebe más agua: la deshidratación puede hacer que los músculos de la espalda se pongan rígidos e incluso tengan espasmos. Y, los discos en tu columna vertebral deben estar bien hidratados para amortiguar las vértebras.
Mantén los músculos flexibles y fuertes: toma descansos frecuentes al sentarte y camina o muévete lo suficiente para aumentar un poco tu ritmo cardíaco y aumentar la circulación sanguínea. "Los músculos quieren los nutrientes y el oxígeno que la sangre les transporta". La Escuela de Espalda es otra buena manera de aumentar la flexibilidad y la fuerza.
Duerme en un buen colchón: si necesitas estirar los músculos rígidos cuando te despiertas, es el momento de un nuevo colchón, uno que le brinde soporte sin puntos de presión. Y no duermas boca abajo.
Por último, pero no menos importante, sigue los consejos que probablemente recibiste cuando era niño: siéntate derecho en lugar de encorvarte. Este no falla.
Instituto SANUM, cuidado integral de tú Salud y la de tu Familia.
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