La repercusión social la disfunción o trastorno interno de la ATM se estima en una incidencia en nuestro medio de 1,8-3,9 casos nuevos por cada 100 personas y año. Los signos aparecen por igual en ambos sexos. Sin embargo las mujeres tienen síntomas con una frecuencia 3 veces mayor, y la demanda de tratamiento es 9 veces mayor para ellas, posiblemente por una diferente percepción del dolor. Tiene una incidencia mínima en la edad infantil.
En España, el 5% de la población, 700.000 varones y 1.400.000 mujeres, requiere tratamiento, pero menos del 1% lo solicitan.
¿Cómo interviene la ATM en nuestro día a día?
La ATM presenta un papel fundamental en la masticación, deglución, fonación y expresividad facial, que la hace indispensable tanto para las necesidades básicas de alimentación y para la vida de relación social del paciente. Interviene en el desarrollo y crecimiento facial, tiene una importante representación en el cortex sensorial, igual que el resto de estructuras faciales, y es un área anatómica donde la patología, con frecuencia, produce una gran incapacidad física con secuelas psicológicas.
¿Cuál es su origen?
El origen de esta patología es multifactorial y produce alteraciones en la cinética articular que dan lugar a unas serie de signos y síntomas característicos.
Entre estos factores, se distinguen los siguientes:
1. Predisponentes (estrés, ansiedad, artritis, bruxismo, trastornos del desarrollo).
2. Iniciadores y perpetuadores (traumatismos, sobrecarga funcional, laxitud articular, osteoartritis degenerativa, espasmo muscular masticatorio, aumento de la fricción).
¿Cómo clasificar los problemas de la ATM?
Existen múltiples clasificaciones de la patología de la ATM.
Teniendo en cuenta las múltiples clasificaciones existentes y basándonos en criterios prácticos, los problemas temporomandibulares los podemos clasificar en:
1. Desórdenes musculares o miopatías temporomandibulares: los cuadros más frecuentes son el síndrome miofascial y el bruximo.
2. Desórdenes articulares o artropatías temporomandibulares: son los cuadros intrínsecos de la propia ATM (luxaciones, desplazamientos discales, bloqueos, etc.).
¿Cómo podemos prevenir la disfunción y controlar la gravedad de la ATM?
Al no conocerse claramente las causas, la prevención primaria no es factible actualmente. Una vez hecho el diagnóstico, sí se puede frenar la progresión, por lo que la prevención secundaria y terciaria sí parece desarrollable a corto plazo.
En Instituto SANUM, el tratamiento de la ATM se gestiona desde dos departamentos totalmente sincronizados entre si: SANUM Fisio y SANUM Dental. Nuestros profesionales acogen al paciente para valorar los síntomas y ver los signos que pueden indicar en que grado de gravedad está la ATM.
La gravedad de la ATM se puede identificar de varias maneras, siendo las más comunes las que a continuación detallamos:
1. Dolor intenso o persistente que no cede tras el tratamiento conservador.
2. Presencia de chasquidos o ruidos articulares en fase avanzada de la apertura bucal y que son progresivos o acompañados de dolor.
3. Historia de bloqueos articulares repetidos con o sin ruidos.
4. Desviación importante a la apertura bucal acompañada de dolor o bloqueos.
5. Presencia de importantes facetas de desgaste en piezas dentarias.
En resumen
La patología de la articulación temporomandibular (ATM) es un problema común entre la población en general, y que dede ser tratado con la importancia que se merece. Afecta a nuestra salud de una manera importante y si no se trata adecuadamente puede llevarnos a tener problemas de diferentes clasificaciones que pueden llevarnos a padecer problemas de menisco, problemas en las inserciones discales, hipertrofia-hiperplasia sinovial, problemas en los cartílagos articulares, alteraciones del cóndilo y fosa glenoidea, trastornos muscuesqueléticos y masticatorios y distrofia simpática refleja en el sistema nervioso central y periférico.
Nuestro consejo, es básico: “Si tienes o piensas que tienes síntomas de disfunción ATM, no dejes que pase más tiempo”.
Fuentes:
Instituto SANUM, cuidado integral de tú Salud, y la de tu Familia.
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