Existen numerosos factores que influyen en la prevalencia del desarrollo de enfermedades y patologías tanto genéticas como ambientales. El perfil de nuestro microbioma (genes de los microorganismos que habitan en nuestro cuerpo) y su relación con el desarrollo de enfermedades metabólicas y mentales entre otras patologías, es uno de los abordajes científicos más recientes en periodo de estudio.
La microbiota intestinal, también conocida como “flora intestinal”, está compuesta por el conjunto de microorganismos que habitan en el intestino incluyendo bacterias, arqueas, virus y algunas eucariotas unicelulares, representando una comunidad microbiana muy compleja y diversa. Dependiendo de la tipología y proporción de especies microbianas que residan en nuestro intestino, seremos más o menos propensos a sufrir unas determinadas patologías.
Existen numerosos factores que influyen en la riqueza de la microbiota intestinal en las diferentes etapas de la vida, siendo el punto más importante los primeros tres años y el periodo de gestación del feto. Durante la gestación y el parto influyen los hábitos de la madre, el estrés y la edad gestacional, así como el tipo de parto. Durante la infancia influirá el tipo de lactancia que consuma (materna o de fórmula), y la calidad de los nutrientes que ingiera al comenzar a consumir alimentos.
La calidad de la dieta repercute enormemente en la salud del niño y en la formación del perfil de su microbiota intestinal en edad adulta, debido a que en esta etapa aproximadamente el 70% de la microbiota no es modificable.
Sin embargo, existen hábitos de vida que podemos desarrollar en edades adultas que pueden favorecer el mantenimiento de una microbiota intestinal diversa y sana.
Por medio de una alimentación saludable y evitando hábitos poco saludables como el tabaco, el consumo de alcohol, el estrés, el sedentarismo y el abuso de consumo de antibióticos.
Uno de los aspectos más importantes a tratar es nuestra calidad de la dieta, puesto que el consumo frecuente de diferentes alimentos, va a ayudar o empeorar la variedad y riqueza de nuestra micobiota y así mismo, su funcionalidad.
El estudio del microbioma y de la microbiota intestinal es un campo de estudio muy reciente. Sin embargo, los estudios llevados a cabo están dando resultados que respaldan la importancia de mantener una microbiota intestinal sana para poder tener una buena calidad de vida, reduciendo la morbilidad de sufrir diferentes patologías.
Dentro de unos adecuados hábitos de vida, una alimentación saludable es clave para conseguirlo, y ante cualquier duda:
Dietista Nutricionista
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