Logopedia en la rehabilitación de secuelas post-covid

Un año atrás, nos tocó enfrentarnos y luchar contra un enemigo desconocido. A día de hoy, nuestra vida sigue girando en torno a la covid-19; el impacto que nos ha supuesto en todos los aspectos es indiscutible.

Este pequeño artículo está enfocado a dar a conocer las secuelas más importantes que pueden presentar las personas que han pasado por esta enfermedad, que afectan seriamente a su calidad de vida y del papel que podemos desempeñar desde el ámbito de la logopedia en su rehabilitación.

Se constatan secuelas o problemas en el sistema nervioso, cardiovascular y/o digestivo que van a implicar el abordaje y trabajo multidisciplinar de diferentes profesionales sanitarios donde está incluido el/la logopeda.

De esta forma, podemos hablar de una relación directa entre logopedia y covid-19 en aquellos pacientes que tuvieron que ser intubados. Aunque los primeros estudios hablaban de un 55%, recientemente se ha pasado a decir que el 70% de estas personas han tenido disfagia. Esto significa que durante un tiempo pasaron o aún siguen luchando con la imposibilidad para realizar una deglución segura y eficaz, por las dificultades para masticar y tragar los alimentos adecuadamente. Desde que esto se detecta, es esencial la ayuda logopédica para que recuperen lo antes posible una alimentación normal.

No solo presentan problemas de deglución los pacientes que han sido intubados, otros necesitaron una traqueotomía, han sufrido una parálisis facial o tienen una alteración de la motricidad orofacial que la impide o dificulta. En cualquier caso, el riesgo nutricional y las posibles infecciones respiratorias originadas por todo ello son muy importantes y la valoración e intervención logopédica temprana es crucial.

El proceso de intubación prolongada, las dificultades respiratorias y la tos continuada pueden ocasionar disfonía o problemas en la voz. Es muy probable que el daño provocado en la mucosa laríngea desencadene la pérdida de alguna de las cualidades de la voz, limitando la comunicación oral del paciente. Podemos encontrar disfonías originadas por una gran debilidad, por un sobreesfuerzo continuo o a causa de una parálisis de las cuerdas vocales.

Toca hacer mención a la incidencia que está suponiendo el uso continuado de las mascarillas en la voz (de prácticamente todo el mundo). Seguramente hemos observado que tendemos a respirar peor (por la boca), gritamos más y realizamos un mayor sobreesfuerzo al hablar, tensamos más la mandíbula y el cuello… Tratar los problemas de la voz así como prevenir que aparezcan es clave; tu logopeda te acompañará en el proceso de reeducación vocal, siguiendo pautas de higiene vocal y realizando los ejercicios indicados en cada caso.

También encontramos secuelas importantes en personas que no necesitaron la intubación en el proceso de recuperación de la enfermedad, pero que sí presentaron neuropatologías secundarias al virus como puede ser un accidente cerebrovascular (ACV). A nivel neurológico estos pacientes presentan secuelas que originan afasia, es decir, alteraciones en la comunicación por dificultades en la comprensión y/o expresión del lenguaje (ya sea de forma oral o escrito). En estos casos, la evidencia científica asegura que la precocidad de actuación en la rehabilitación es crucial (seis primeros meses) para una mejor recuperación.

Cuando encontramos alteraciones sensitivas, motoras o polineuropatías que afecten a cualquier función oral, hablamos de pacientes que pueden presentar disartria, es decir, dificultades en el habla (articulación), bien sea debido a parestesias, parálisis o debilidad de la musculatura orofacial.

Poder comunicarnos es vital. Hoy más que nunca valoramos las pequeñas cosas del día a día y hemos aprendido a fijarnos, ser responsables e intentar cuidarnos a nosotros y a los demás. Tener una buena calidad de vida está en nuestras manos, tanto si es hacia nosotros mismos como si se trata de alguien a quien queremos y cuidamos. Si durante la lectura te has sentido identificado/a o has pensado en algún amigo/a o familiar, no dudes en consultarlo con tu médico/a de cabecera y ponte en manos de un/a logopeda profesional cuanto antes.